Scientific Name:

Venerupis (Ruditapes) philippinarum

Nombre común:
Almeja japonesa
Grupo taxonómico:
Moluscos

Información

La concha tiene dos valvas de igual forma y tamaño y los ejemplares adultos pueden alcanzar los 5 cm de longitud. La charnela tiene tres dientes en el interior y la concha tiene contorno oval, es sólida y de longitud mayor que la altura. Su superficie muestra notorias costillas radiales que son más pronunciadas hacia el borde, mientras que el interior es liso. El color es muy variable, normalmente crema, con puntos marrones y/o rayas irregulares mientras que su superficie interna es a menudo rosada/violácea o amarillo pálido/marrón.

La almeja japonesa se alimenta por filtración; por lo general se encuentra en estuarios y lagunas, en fondos arenosos y fangosos, desde la superficie hasta unos pocos metros de profundidad. Puede alcanzar grandes concentraciones de individuos (más de 2.000 por metro cuadrado) y vivir durante varios días fuera del agua, ya que tolera un amplio rango de salinidades, concentraciones de oxígeno y temperaturas.

Requiere temperaturas superiores a unos 12 °C para desovar y la reproducción normalmente ocurre desde junio a septiembre cuando la temperatura del agua es de 20–23 °C. Sus larvas pasan 3-4 semanas a la deriva en el plancton, y después se asientan en el fondo fijándose con filamentos a rocas o conchas.

En el Mediterráneo, es probable confundir la almeja japonesa Venerupis philippinarum con la almeja fina, Ruditapes decussatus, cuya concha tiene una superficie con surcos radiales y concéntricos que están más espaciados. El contorno de la concha de R. decussatus es más bien alargado que oval, no tiene dientes dentro de las valvas cerca de la charnela, y el interior de la concha es por lo general completamente blanco.

Venerupis (Ruditapes) philippinarum Similar Species (0010) ES
Ruditapes decussatus

Venerupis philippinarum es originaria de la región del Indo-Pacífico. En 1972, se introdujeron a lo largo de la costa atlántica de Francia ejemplares reproductores para su cultivo con objeto de reemplazar la almeja nativa Ruditapes decussatus. Desde entonces, el cultivo se ha extendido al mar Mediterráneo en Italia, Francia y Turquía, introduciéndose los primeros ejemplares juveniles en la laguna de Venecia en 1983. En la actualidad, las poblaciones en el medio natural prosperan en todas las lagunas a lo largo de la costa norte del Adriático así como en otras áreas costeras.

Sus características invasoras con gran potencial para la dispersión, crecimiento rápido y gran capacidad para adaptarse a nuevos ambientes puede generar un gran impacto sobre la fauna y flora del macrobentos, ya que compite por alimento y espacio con otros invertebrados filtradores. Puede suplantar a la almeja fina autóctona, Ruditapes decussatus, y llevar a la extinción de otras poblaciones de moluscos locales, como se ha observado en la laguna de Venecia.

La abundancia de estos bivalvos podría aumentar de forma significativa la erosión y las tasas de re-suspensión del sedimento, y enriquecer en exceso los sedimentos con biodepósitos, produciendo condiciones anóxicas en el sedimento, inhibiendo la nitrificación y matando la fauna bentónica. Esta especie puede desestabilizar el sedimento, y puede asimismo competir por recursos con otras especies e inhibir su reclutamiento poblacional al ingerir otras larvas pelágicas, lo que puede conducir a cambios en las comunidades bentónicas.

La almeja japonesa es una de las especies más importantes en el cultivo de marisco. La producción mundial de esta especie representa el 20% del mercado global de marisco. Italia es el mayor productor europeo de Venerupis philippinarum con el 90% del mercado, con un valor de más de 100 millones de euros. Sin embargo, el potencial impacto negativo de esta especie no ha sido cuantificado aún.

Las acciones de prevención que se proponen son evitar el establecimiento de más poblaciones en el medio natural por medio de la educación y la concienciación pública, junto con un programa de seguimiento de parásitos que puedan infectar a las especies nativas de bivalvos. El monitoreo en áreas marinas protegidas facilita la detección temprana de poblaciones para poder ser erradicadas o contenidas antes de que se propaguen más. En las instalaciones de acuicultura situadas cerca de las áreas marinas protegidas debería promoverse el cultivo de otras especies que sean nativas. Control: La erradicación de esta especie del medio no es factible en la actualidad debido al gran número de individuos que forman las nuevas poblaciones. Solamente en condiciones específicas, como cuando una nueva población se localiza en un área muy restringida, puede intentarse realizar una pesca de arrastre a fin de erradicar la especie.

Sladonja et al, 2011. Manila Clam (Tapes philippinarum Adams & Reeve, 1852) in the Lagoon of Marano and Grado (Northern Adriatic Sea, Italy): Socio-Economic and Environmental Pathway of a Shell Farm. Aquaculture and the Environment - A Shared Destiny, Dr. Barbara Sladonja (Ed.).

http://www.ciesm.org/atlas/Ruditapesphilippinarum.html

http://www.nobanis.org/MarineIdkey/Bivalvia/RuditapesPhilippinarum.htm

Imagen
Venerupis (Ruditapes) philippinarum Illustration

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